Los 45 castillos más espectaculares de España

El castillo de Cardona, emplazado en lo alto de una colina cerca del pueblo de Cardona, es considerado la fortaleza medieval más importante de Cataluña. Este imponente castillo es mucho más que una estructura típica, ya que se trata de un recinto amurallado que alberga impresionantes elementos arquitectónicos.

Entre los elementos más destacados del castillo se encuentra la torre de la Minyona-Doncella, un edificio circular construido en el siglo XI en estilo románico. Esta torre añade un encanto único al conjunto arquitectónico, atrayendo la atención de los visitantes con su diseño singular y su rica historia.

Otra joya que se encuentra en el castillo es la colegiata de San Vicente, un ejemplo destacado del arte lombardo catalán. Esta iglesia es una muestra impresionante de la arquitectura religiosa de la época, y su visita ofrece una experiencia enriquecedora para aquellos interesados en la historia y el arte medieval.

Actualmente, parte del castillo ha sido convertido en un Parador Nacional, lo que significa que se puede visitar de forma gratuita, sin embargo, también existe la opción de realizar una visita guiada para obtener una experiencia más completa. A través de la visita guiada, los visitantes tienen la oportunidad de aprender sobre la historia y los detalles arquitectónicos del castillo, así como explorar áreas que normalmente no están accesibles al público general.

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El Palacio de los Reyes de Navarra de Olite, también conocido como Palacio Real de Olite o Castillo de Olite, es una impresionante construcción cortesana y militar que se erigió durante los siglos XIII y XIV en la localidad de Olite, Navarra.

Este palacio fue una de las sedes de la Corte del Reino de Navarra a partir del reinado de Carlos III «el Noble». Fue precisamente Carlos III quien, en el siglo XV, inició la ampliación del castillo existente, dando lugar al Palacio de los Reyes de Navarra.

Aunque comúnmente se le llama «castillo», en realidad se trata de un palacio, ya que su carácter residencial prevaleció sobre su función militar.

Uno de los encantos principales del Palacio de Olite es el aparente desorden en su diseño. Esto se debe a que su construcción no fue abordada como un proyecto integral, sino que se llevó a cabo a través de continuas obras de ampliación y reforma que se sucedieron a lo largo de los siglos. La mayor parte de las obras tuvo lugar entre finales del siglo XIV y principios del siglo XV.

El palacio está inspirado en el estilo gótico francés y en su época fue considerado uno de los más bellos de Europa. Se pueden distinguir claramente dos conjuntos en el palacio: el Palacio Viejo, que actualmente alberga el Parador Nacional de Turismo, y el Palacio Nuevo.

El estado actual del edificio es resultado de una restauración que se inició en 1937.

El Palacio de los Reyes de Navarra de Olite fue declarado Monumento Nacional junto con la iglesia de Santa María en 1925. Además, cuenta con la distinción de ser Bien de Interés Cultural.

El castillo de Peracense es una majestuosa fortaleza ubicada en la localidad aragonesa de Peracense, provincia de Teruel. Considerado uno de los castillos más originales y mejor conservados de Aragón, este monumento es un verdadero tesoro tanto desde el punto de vista patrimonial como paisajístico. Su construcción aprovechó la topografía natural del terreno y los materiales de la zona, lo que le ha dado su característico color rojizo y un aspecto único.

Situado sobre una formación rocosa fuertemente escarpada, el castillo de Peracense se alza imponente, dominando el paisaje circundante.

La fortaleza se compone de tres recintos amurallados, cada uno con características constructivas distintas. El recinto exterior cuenta con una poderosa muralla almenada y varias torres, demostrando la solidez defensiva del castillo. El recinto medio, construido en la segunda mitad del siglo XIV, presenta una muralla irregular adaptada a la roca, mostrando la habilidad de los constructores para aprovechar el entorno natural. Por último, el recinto interior se encuentra en lo alto de un escarpado peñasco rocoso, brindando vistas panorámicas del valle del Jiloca y añadiendo un elemento de grandeza y estrategia a la fortaleza.

El castillo de Peracense está inscrito en el Registro Aragonés de Bienes de Interés Cultural, formando parte de la lista de castillos considerados como tal. Esta distinción destaca su valor histórico y cultural, reconociendo su importancia como testigo de la historia y la arquitectura de la región.

Desde junio de 2014, los dos patios del castillo albergan una exposición fascinante con reproducciones a tamaño real de armas de asedio medievales, transportando a los visitantes a la época medieval y permitiéndoles sumergirse en la historia de la fortaleza.

El castillo de la Mota es uno de los monumentos más emblemáticos de la villa de Medina del Campo (provincia de Valladolid). Este imponente castillo se encuentra en una elevación del terreno, conocida como «mota», desde donde domina la villa y ofrece una vista panorámica de toda la comarca circundante.

El castillo fue construido utilizando el característico ladrillo rojizo de la región, reservando la piedra únicamente para pequeños detalles como troneras y escudos. Pertenece al modelo de castillos conocido como Escuela de Valladolid.

El castillo de la Mota originalmente estaba rodeado por un recinto amurallado que fue ampliado en tres ocasiones y rodeaba toda la población. Aunque solo quedan algunos restos de estas murallas, dan testimonio de la importancia y extensión del complejo defensivo.

El edificio actual del castillo ha pasado por un largo proceso de restauración desde su declaración como Bien de Interés Cultural el 8 de noviembre de 1904.

La planta del castillo tiene una forma trapezoidal y consta de dos recintos. El primer recinto es más bajo y cuenta con cubos en los ángulos y en el centro de cada lado. La entrada está protegida por dos torreones robustos que están conectados verticalmente. El segundo recinto, mucho más sólido, tiene muros de gran altura y torreones fuertes en los ángulos, siendo la torre del homenaje la más destacada por su elevación.

La imponente presencia del castillo de la Mota y su proceso de restauración lo convierten en un atractivo turístico de gran interés para los visitantes que desean sumergirse en la historia de la región.

El castillo de Trujillo, construido entre los siglos IX y XII, se erige majestuosamente en la parte más alta de la localidad cacereña con la que comparte su nombre. Este imponente castillo fue levantado sobre los restos de una antigua alcazaba y aún conserva dos aljibes de esa época.

El castillo de Trujillo está principalmente construido con bloques de granito de sillería, lo que le otorga una apariencia robusta y sólida. Destacan sus diecisiete torres cuadradas, diseñadas con fines defensivos. Dos de estas torres resguardan la puerta de entrada, la cual presenta un arco de herradura, añadiendo un toque arquitectónico distintivo.

A pesar del paso del tiempo, el castillo de Trujillo ha logrado conservar cuatro de las siete puertas originales que solía tener. Estas puertas, conocidas como las puertas de San Andrés, Santiago, Coria y del Triunfo, ofrecen un vistazo a la historia y la importancia estratégica de este imponente castillo.

El castillo de Trujillo es un testimonio vivo del legado histórico y cultural de la región. Su ubicación privilegiada en la cima del cerro Cabeza del Zorro permite disfrutar de vistas panorámicas de la localidad y sus alrededores. Además de su valor histórico, el castillo se ha convertido en un atractivo turístico popular, atrayendo a visitantes de todo el mundo que desean explorar su arquitectura medieval y sumergirse en la historia que se respira en sus muros.

El castillo de Burgalimar (del árabe Bury al-Hamma, que significa «castillo de los Baños»), es una fortaleza de origen omeya que fue construida en el siglo X sobre un pequeño cerro que domina la localidad de Baños de la Encina, en la provincia de Jaén.

Esta imponente fortaleza está rodeada y flanqueada por una sólida muralla almenada que cuenta con catorce torres, además de una torre del homenaje de estilo cristiano. A lo largo de los años, el castillo ha resistido el paso del tiempo y los daños causados por la acción humana, lo que lo convierte en un ejemplo perfecto de fortaleza musulmana del siglo X. Además, es el conjunto fortificado mejor conservado de la época del Califato de Córdoba y uno de los castillos musulmanes más bien preservados de toda España.

El castillo de Burgalimar ha sido reconocido por su inestimable valor histórico y artístico, lo que llevó a su declaración como Monumento Nacional en 1931. Su arquitectura y su estado de conservación permiten a los visitantes sumergirse en la historia y la cultura de la época medieval en la región.

Explorar este castillo es como realizar un viaje en el tiempo, ya que se pueden apreciar elementos arquitectónicos característicos de la época musulmana, como las almenas y las torres defensivas. Además, la torre del homenaje, construida en estilo cristiano, ofrece una perspectiva fascinante de la fusión de culturas y estilos arquitectónicos en este lugar.

El Castillo de Almenar, situado en la localidad de Almenar de Soria, es una fortificación que en su momento perteneció a los condes de Gómara. Considerado uno de los castillos mejor conservados de la provincia de Soria, este impresionante monumento histórico es un testimonio vivo del pasado medieval de la región.

Los orígenes del castillo de Almenar se remontan al siglo X, donde se encuentran los primeros vestigios de los muros de la torre del homenaje. En el siglo XV, se construyó el recinto interior y se añadieron las almenas al muro exterior. Un siglo más tarde, se realizaron modificaciones en las torres del castillo, consolidando su estructura y añadiendo detalles arquitectónicos.

Además de su importancia histórica y arquitectónica, el Castillo de Almenar ha sido escenario de rodaje para algunas escenas de la popular serie «El Cid». Esta distinción cinematográfica destaca aún más el atractivo del castillo y su capacidad para transportarnos a épocas pasadas.

El castillo de Jadraque, también conocido como castillo del Cid, es una imponente fortaleza ubicada en el municipio de Jadraque, en la provincia de Guadalajara. Desde lo alto de sus torres, ofrece una vista panorámica de la extensa vega del río Henares, con las sierras del norte de Guadalajara como telón de fondo.

Aunque popularmente se le conoce como castillo del Cid, este caballero castellano nunca estuvo directamente asociado a esta fortaleza. Su nombre se debe al hecho de que el primer conde del Cid, Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, vivió en él en cierto momento.

El castillo actual de Jadraque fue construido en su mayoría durante el último tercio del siglo XV. Forma parte del último grupo de castillos-palacio medievales que estaban en vías de desaparición en esa época.

En 1899, el ayuntamiento de Jadraque adquirió el castillo cuando los bienes de la Casa Infantado-Osuna fueron subastados debido a su ruina. Desde finales del siglo XX, se han llevado a cabo trabajos de rehabilitación en el castillo para su preservación.

La estructura del castillo tiene forma de un gran rectángulo, con aproximadamente 70 metros de largo por 18 metros de ancho. Hacia el sur, se extiende un patio de armas que incrementa su longitud total a casi 100 metros.

El castillo cuenta con cuatro torreones circulares y uno rectangular. Estas características arquitectónicas le confieren un aspecto imponente y defensivo, recordando su importancia estratégica en épocas pasadas.

El Castillo de Jadraque es un importante tesoro histórico y cultural de la región. Su belleza arquitectónica y su ubicación privilegiada lo convierten en un destino turístico popular para aquellos interesados en la historia medieval de España. 

El castillo de Almodóvar del Río, conocido también como castillo de la Floresta, es una impresionante fortaleza andalusí ubicada en una pequeña colina sobre la localidad de Almodóvar del Río, en la provincia de Córdoba.

Aunque su origen se remonta a la época musulmana, la configuración actual del castillo data del siglo XIV. Tiene una planta rectangular rodeada por murallas almenadas, en las que se encuentran ocho torres. La torre del Homenaje es especialmente destacada, con una llamativa cúpula octogonal.

Durante siglos, este castillo fue de vital importancia debido a su estratégica ubicación, garantizando la seguridad de la capital cordobesa. Su cercanía al río Guadalquivir le permitía controlar el tráfico fluvial en una época en la que el río era navegable hasta Córdoba.

En los últimos años, el castillo de Almodóvar del Río ha ganado reconocimiento internacional gracias a su aparición en la famosa serie de televisión «Juego de Tronos». En noviembre de 2016, el castillo fue escenario de la grabación de la séptima temporada de la serie, lo que atrajo aún más atención y visitantes.

El Castillo de los Templarios, también conocido como Castillo de Ponferrada, es una impresionante fortaleza ubicada en Ponferrada (comarca leonesa de El Bierzo). Se encuentra majestuosamente sobre una colina en la confluencia de los ríos Boeza y Sil.

La historia de este castillo se remonta a tiempos antiguos. Se cree que originalmente el lugar fue un castro celta y posteriormente pudo haber sido un asentamiento romano y visigodo. La construcción del castillo, de estilo románico, fue aprobada por el rey Fernando II de León en 1178, cuando los templarios establecieron una encomienda en la zona. 

El Castillo de los Templarios tiene un recinto con una forma de polígono irregular que se divide en dos partes distintas. La parte norte data del siglo XII, mientras que el resto fue construido a lo largo del siglo XV, con algunas obras realizadas en los siglos XIX y XX.

En 1924, este impresionante castillo fue reconocido como Monumento Nacional debido a su importancia histórica y arquitectónica.

En la hermosa provincia de Pontevedra se encuentra el castillo de Soutomaior, un impresionante edificio medieval que data del siglo XII. Este castillo es el lugar de origen y centro de poder de uno de los linajes más destacados de la Galicia medieval, los Soutomaior.

Situado a 20 kilómetros de Vigo y a 15 de Pontevedra, es un destino imperdible para los amantes de la historia y la arquitectura.

El castillo de Soutomaior es un conjunto arquitectónico único, combinando elementos de una fortaleza medieval con los encantos de un palacio neogótico del siglo XIX. Está compuesto por dos torres que se encuentran unidas por un edificio habitable y un patio de armas, todo ello rodeado por una imponente doble muralla. Esta combinación de estilos y épocas le confiere un carácter especial y lo convierte en una joya arquitectónica.

Adquirido por la Diputación de Pontevedra en 1982, el castillo fue sometido a una importante restauración en 1987. Gracias a estos esfuerzos de conservación, el castillo se ha convertido en un museo, abriendo sus puertas al público en mayo de 2018. Los visitantes tienen la oportunidad de explorar las diversas estancias del castillo y descubrir la historia y cultura que alberga en su interior.

Los jardines de Sotomayor contienen una destacada colección de camelios centenarios con más de 300 ejemplares de 22 especies diferentes.

El castillo de Soutomaior es mucho más que una estructura de piedra, es un testigo vivo del pasado medieval de Galicia y una ventana al esplendor y la grandeza de la época. Con su última restauración, el castillo ha recobrado su antiguo esplendor y se ha convertido en un espacio cultural que ofrece exposiciones y eventos.

El castillo de Loarre es una joya arquitectónica románica situada en la provincia de Huesca. Su ubicación estratégica en lo alto de un promontorio de rocoso que le otorga una vista panorámica que abarca toda la llanura de la Hoya de Huesca y en particular la zona de Bolea, importante plaza musulmana que controlaba las fértiles tierras agrícolas de la llanura.

Construido en el siglo XI, este castillo se encuentra en excelente estado de conservación y es considerado uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar y civil del románico en España. En reconocimiento a su importancia histórica y arquitectónica, fue declarado Monumento Nacional en 1906.

Este castillo destaca por su notable estado de conservación y es considerado la fortaleza románica mejor preservada de Europa. En su interior, se encuentran tesoros arquitectónicos como una pequeña capilla, la cripta de Santa Quiteria y la majestuosa iglesia del castillo.

El castillo de Loarre fue construido entre los años 1033 y 1035 por orden del rey Sancho Garcés III de Pamplona, con el propósito de servir como una avanzadilla fronteriza navarra.

Además de su valor histórico y arquitectónico, el castillo de Loarre ha dejado huella en el mundo del cine. Fue escenario de filmación para la película «El reino de los cielos» (Kingdom of Heaven) (2005), dirigida por Ridley Scott, lo que ha contribuido a su reconocimiento internacional y a su popularidad entre los amantes del séptimo arte.

El castillo de San Vicente, popularmente conocido como castillo de Argüeso, es una impresionante fortificación medieval ubicada en el municipio de la Hermandad de Campoo de Suso, al sur de Cantabria. Este majestuoso castillo ha sido reconocido como bien de interés cultural desde 1983, destacando su valor histórico y arquitectónico en la región.

Situado en lo alto de una loma, el castillo de San Vicente se alza imponente y representa un testigo vivo de la historia de Cantabria. Desde su privilegiada ubicación, ofrece vistas panorámicas impresionantes del entorno circundante, transportando a los visitantes a tiempos pasados y sumergiéndolos en un ambiente medieval.

Este emblemático castillo abrió sus puertas al público en agosto de 1999, convirtiéndose en un lugar de encuentro cultural y social. Además de su función como atracción turística, el castillo se ha convertido en sede de exposiciones temporales, conciertos y jornadas de recreación histórica, que permiten a los visitantes sumergirse en la vida y la historia de épocas pasadas.

La arquitectura del castillo de San Vicente refleja la solidez y el esplendor de la época medieval. Sus muros de piedra, torres imponentes y detalles arquitectónicos cuidadosamente diseñados son un testimonio de la destreza y la maestría de los constructores de la época. Recorrer sus estancias y pasear por sus patios evoca imágenes de caballeros, damas y batallas épicas.

Situado en el municipio de Manzanares el Real, al pie de la sierra de Guadarrama y junto al río Manzanares, se encuentra el Castillo Nuevo de Manzanares el Real, también conocido como Castillo de los Mendoza. Este palacio-fortaleza de origen bajomedieval es un testimonio histórico de la Casa de Mendoza, uno de los linajes más influyentes de Castilla durante la Baja Edad Media y el Renacimiento. Construido en el siglo XV sobre una iglesia románico-mudéjar, que quedó integrada en su estructura, el castillo reemplazó a una fortaleza anterior perteneciente a la misma familia.

En su arquitectura se aprecian trazas gótico isabelinas con influencias hispano-musulmanas. Gracias a sucesivas restauraciones, el castillo se encuentra en un excelente estado de conservación. En la actualidad, alberga un Centro de Interpretación del Medievo, así como una valiosa colección de tapices, pinturas, armaduras y muebles que datan de los siglos XVI al XIX.

El Castillo Nuevo de Manzanares el Real fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931. Aunque es propiedad del Ducado del Infantado, su administración y uso están a cargo de la Dirección General de Turismo de la Comunidad de Madrid, que permite su visita al público.

Construido en el último tercio del siglo XV, en una época en la que la construcción de fortalezas ya no respondía tanto a necesidades defensivas, sino a la voluntad de transmitir riqueza y poder, el Castillo de Manzanares el Real se erige como una residencia palaciega de gran importancia. Los Mendoza, bajo la apariencia de una fortaleza, crearon un majestuoso palacio que reflejaba sus inquietudes estéticas.

El resultado final es un conjunto arquitectónico que, partiendo de la base de la arquitectura militar, incorpora elementos propios de la arquitectura palaciega, como el equilibrio de formas, la simetría de volúmenes y el gusto por la ornamentación. Además, el castillo presenta influencias de la arquitectura religiosa, especialmente en la capilla que se encuentra en su interior.

El edificio sigue el modelo de los castillos palaciegos de la época, con una planta cuadrangular para su cuerpo principal de 30 por 30 metros, al cual se le añade un tramo recto en uno de sus lados. Está dividido en seis niveles (planta baja, entreplanta primera, planta principal, entreplanta segunda, galería alta y galería de cubiertas), además de contar con un sótano. Tres de sus esquinas están coronadas por torres cilíndricas, mientras que la esquina sureste destaca por una torre más alta y cuadrada, con un remate octogonal, que hace las veces de torre del homenaje.

A diferencia de su apariencia externa, que denota su función militar, el interior del castillo está concebido como un suntuoso palacio, con amplios salones distribuidos en torno a un patio porticado, sustituto de los viejos patios de armas de las fortificaciones de siglos anteriores.

El castillo de los Comuneros es una joya arquitectónica situada en Torrelobatón, una encantadora localidad de la provincia de Valladolid. Este imponente castillo es visible desde varios kilómetros a la redonda y se destaca como uno de los mejor conservados en toda la región. Su valor histórico y arquitectónico ha llevado a su declaración como Patrimonio Histórico en 1949, reconociendo así su importancia cultural y su contribución al legado de Castilla y León.

Este castillo también ha tenido su momento de protagonismo en el cine, ya que algunas escenas de la famosa película «El Cid», protagonizada por Charlton Heston, fueron rodadas aquí. Este hecho demuestra el atractivo de la fortaleza y su capacidad para transportarnos a épocas pasadas.

El diseño del castillo de los Comuneros sigue los patrones de la Escuela de Valladolid. Las torres de homenaje de otros castillos emblemáticos como Medina del Campo, Peñafiel y Fuensaldaña siguen las mismas proporciones que la torre de Torrelobatón, lo que evidencia la influencia y el legado de esta construcción.

La utilización de sillería y hormigón en su construcción es un testimonio de la solidez y durabilidad de este castillo. Destaca especialmente la torre cuadrada del Homenaje, con aproximadamente 40 metros de altura, que se erige imponente y majestuosa en el conjunto arquitectónico. Desde lo alto de esta torre, se puede contemplar una panorámica impresionante de los alrededores, ofreciendo una vista inigualable del paisaje vallisoletano.

El castillo de Villafuerte de Esgueva, también conocido como «castillo de Garci Franco de Toledo«, se encuentra ubicado en la localidad de Villafuerte de Esgueva, en la provincia de Valladolid Este impresionante castillo ha sido reconocido como Bien de Interés Cultural desde 1988, destacando su importancia histórica y arquitectónica en la región.

El diseño del castillo sigue el modelo de la llamada «escuela de Valladolid», que caracteriza a los castillos de la región como el de Fuensaldaña y el de Torrelobatón. Construido en el siglo XV, fue la residencia de la familia Franco, judíos conversos originarios de Toledo.

En la actualidad, el castillo de Villafuerte de Esgueva es propiedad de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, que se encarga de su conservación y promoción. La torre del homenaje, uno de los elementos más destacados de la fortaleza, ha sido restaurada.

El castillo de Simancas, ubicado en la confluencia de los ríos Duero y Pisuerga, es un testimonio vivo de la historia y las transformaciones que ha experimentado a lo largo de los siglos. Se erige sobre los cimientos de una antigua fortificación que protegía la línea fronteriza del Duero.

La fortaleza se encuentra protegida por una barrera exterior y un foso con un pronunciado talud. La entrada original se realizaba a través de dos puentes situados al oeste y al norte, ofreciendo una primera impresión imponente a aquellos que se acercaban.

En el siglo XV, la influyente familia Enríquez, Almirantes de Castilla, erigió la fortaleza actual en el mismo emplazamiento donde se encontraba la antigua fortificación árabe. Los muros que rodean el castillo, los cubos, las almenas, el foso y los puentes datan de la época medieval, a finales del siglo XV. Sin embargo, la capilla experimentó una reforma en la década de 1950.

El verdadero esplendor del castillo se debe a las reformas realizadas en el siglo XVI por los arquitectos Juan de Herrera y Francisco de Mora, por orden de Felipe II. Durante esta época, se llevaron a cabo trabajos en el patio, la sala de lectura y se completaron las torres con un diseño puntiagudo, con el objetivo de adaptar las instalaciones para convertirlas en el Archivo General del Reino.

La fortaleza interior se organiza alrededor de un patio central, y en cada una de sus esquinas se alzan tres torres. Destaca un cuarto torreón, que se caracteriza por ser aún más sólido y robusto. Además, el castillo alberga una capilla con una impresionante bóveda de crucería gótica, en la que se exhiben los escudos heráldicos de las familias Enríquez y Velasco.

El castillo de Simancas representa un legado histórico de gran importancia en la provincia de Valladolid. A través de sus diversas etapas de construcción y remodelación, refleja la evolución arquitectónica y la relevancia estratégica que ha tenido a lo largo del tiempo. Hoy en día, el castillo sigue siendo un lugar de interés cultural y alberga el Archivo General del Reino, que guarda importantes documentos históricos.

Situado sobre una colina en las cercanías del pueblo burgalés de Peñaranda de Duero, se alza el castillo de Peñaranda de Duero, una majestuosa fortaleza con una rica historia.

La construcción original del castillo data del siglo XI, con el propósito de frenar el avance árabe y contribuir a la Reconquista de la península ibérica. Siguiendo el diseño del castillo de Peñafiel, esta fortaleza fue un bastión crucial en la lucha contra los invasores. Sin embargo, gran parte de la estructura actual que se conserva proviene del siglo XV, cuando los condes de Miranda del Castañar llevaron a cabo una extensa reconstrucción.

En el centro del castillo destaca la imponente torre del homenaje, de planta cuadrada y compuesta por cuatro pisos de vigas de madera. Aunque los restos de la antigua muralla son escasos, se puede apreciar su grosor considerable que protegía el castillo.

Uno de los aspectos más destacados de esta construcción es la perfección de sus proporciones, lo cual lo convierte en uno de los mejores ejemplos de arquitectura histórica en la provincia de Burgos.

En reconocimiento a su valor histórico y arquitectónico, el conjunto formado por el castillo de Peñaranda de Duero, el palacio de Avellaneda y el pueblo circundante fue declarado Monumento Histórico Artístico el 3 de junio de 1931.

El castillo de Grajal de Campos, situado en esta localidad leonesa, es una impresionante construcción militar del siglo XVI, construida sobre los restos de un castillo anterior del siglo X. Este castillo es considerado el primer castillo artillero en España, y su importancia histórica y arquitectónica lo convierten en un tesoro en la provincia de León.

La actual edificación del Castillo de Grajal de Campos es una obra gótica tardía que data de comienzos del siglo XVI. Fue encargada por el poderoso señor de Grajal, Hernando de Vega, quien quiso dotar al castillo de una estructura robusta y funcional. El castillo presenta una planta cuadrangular con 4 torreones estratégicamente ubicados, donde se emplazaban los cañones de mayor calibre, permitiendo una defensa efectiva del territorio. Su construcción sobre un pequeño talud añade un elemento adicional de grandiosidad y fortaleza a esta imponente estructura.

A pesar de los siglos transcurridos, el Castillo de Grajal de Campos ha logrado conservar un excelente estado de conservación. Sin embargo, sorprendentemente, no ha sido restaurado, lo que añade un valor adicional a su autenticidad histórica y arquitectónica. 

El castillo de Olmillos de Sasamón, ubicado en la provincia de Burgos, es una joya arquitectónica construida en el año 1446 por Pedro de Cartagena, regidor de Burgos. A diferencia de otras fortalezas de la época, este castillo no fue erigido con propósitos defensivos, sino como un palacio de recreo y descanso.

La estructura del castillo se asemeja a la de un palacio señorial, presentando una planta rectangular con torres circulares en cada una de las esquinas. Estas torres están maravillosamente conservadas y cuentan con matacanes circulares que coronan los cubos. En los muros de piedra labrada, se pueden apreciar blasones con el emblemático motivo decorativo de la flor de lis, que forma parte del escudo de armas de la influyente familia Cartagena, una de las familias judeoconversas más poderosas de la España medieval tardía.

Aunque el recinto exterior del castillo no ha resistido el paso del tiempo, todavía se pueden apreciar algunos restos al pie de las torres meridionales. El conjunto del castillo está dividido en dos secciones por un muro que separa el patio de armas de una zona más refinada, donde se pueden observar un semisótano, una primera planta y una segunda planta.

Las piedras utilizadas en la construcción del castillo son principalmente de sillarejo, aunque los cubos presentan una mejor calidad en sus piedras. Para asegurar una mayor solidez, se utilizaron grandes bloques de sillarejo en la base del castillo. En la parte trasera, el acabado se realiza con una mampostería regular.

En la actualidad, el Castillo de Olmillos de Sasamón ha sido completamente restaurado y ha sido transformado en un hotel, permitiendo a los visitantes sumergirse en la historia y disfrutar de una experiencia única. La combinación de su rica historia y su encanto arquitectónico lo convierten en un destino ideal para aquellos que buscan vivir una experiencia medieval única en un entorno acogedor y pintoresco.

El castillo de Cornago, ubicado en la parte alta del pueblo riojano del mismo nombre, es una impresionante fortaleza construida en el siglo XIII durante la Baja Edad Media. Este castillo, erigido sobre las ruinas de una antigua fortaleza del siglo IX, desempeñó un papel crucial como bastión cristiano durante la Reconquista. Su estratégica ubicación fronteriza entre los reinos de Navarra, Castilla y Aragón lo convirtió en un enclave de importancia en las guerras entre reinos cristianos de la época.

La construcción del castillo de Cornago tuvo lugar durante el reinado del rey San Fernando III de Castilla, lo que revela su antigüedad y su rica historia. Sus muros sólidos y bien construidos son testimonio de los servicios importantes que prestó durante las guerras medievales en la región. Como centro defensivo fronterizo, el castillo jugó un papel vital en la protección de los territorios cristianos y en la consolidación del dominio en la zona.

El diseño del castillo de Cornago presenta una planta rectangular con una torre en cada esquina, mostrando una distribución estratégica para la defensa. Tres de las torres son de forma cilíndrica, cada una con dimensiones distintas, mientras que la torre ubicada al noreste es de forma cuadrada. Esta variedad de estructuras añade interés arquitectónico al castillo y lo convierte en un lugar fascinante para explorar y descubrir.

A lo largo de los siglos, el castillo de Cornago ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos y ha resistido el paso del tiempo. Sus muros de sillería, construidos con maestría, han sido testigos de batallas, acuerdos y cambios de poder.

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El Castillo de Belmonte, una imponente fortaleza que se erige en el cerro de San Cristóbal, en las afueras de la villa de Belmonte, al suroeste de la provincia de Cuenca, es un tesoro histórico y artístico. Fue declarado Monumento histórico-artístico y forma parte del Tesoro Artístico Nacional desde el 3 de junio de 1931. Además, actualmente tiene la distinción de ser un Bien de Interés Cultural (BIC).

Este singular castillo destaca por su excepcional estado de conservación, su estructura única y su aspecto exterior, que se mantiene prácticamente igual al momento de su construcción, convirtiéndolo en un invaluable patrimonio cultural.

La construcción del Castillo de Belmonte se llevó a cabo en la segunda mitad del siglo XV, por orden de don Juan Pacheco, el primer marqués de Villena. En aquel tiempo, la Corona de Castilla estaba inmersa en convulsiones y luchas internas. El castillo fue concebido como una fortaleza-palacio que satisfacía tanto las necesidades defensivas del marqués de Villena, adaptándolo al avance de la artillería, como sus deseos de ostentación y poder.

La planta en forma de estrella de seis puntas del Castillo de Belmonte es única en España y en toda Europa, lo que lo convierte en una estructura arquitectónica de gran relevancia. Su recinto principal está rodeado por una barrera artillera exquisitamente construida, con cien puntos de disparo entre troneras y aspilleras, tanto en su parte baja como en la alta. Esta barrera cuenta con tres puertas: la Puerta del Campo, la Puerta de la Villa y la Puerta de los Peregrinos.

En su interior, destacan sus techumbres gótico-mudéjares, que añaden un toque de belleza y singularidad.

A lo largo de los siglos XX y XXI, el castillo ha sufrido diversos daños que lo llevaron a un estado de deterioro progresivo. Sin embargo, gracias a la colaboración entre los propietarios, la administración local y el Ministerio de Fomento, se ha llevado a cabo su rehabilitación. En el verano de 2010, se abrió al público y la segunda fase de rehabilitación se completó en 2017.

El Castillo de Belmonte también ha dejado una huella en la historia del cine. Desde que sirvió como escenario para la película «El Cid» (1961), protagonizada por Charlton Heston y Sofía Loren, ha sido elegido como locación para otras producciones cinematográficas como «Los señores del acero» (1985), «Juana la Loca» (2001), «El caballero Don Quijote» (2002) y «El Señor de los Anillos» (1978), dotándolo de un encanto cinematográfico único.

El castillo de Sádaba, situado en la localidad del mismo nombre, en la comarca de Cinco Villas, a 90 kilómetros al norte de Zaragoza, se alza majestuosamente sobre una colina. Este castillo, de estilo bajomedieval con decoraciones cistercienses del siglo XIII, presenta una interesante transición en su diseño arquitectónico.

A diferencia de otros castillos que poseen elementos defensivos como torres del homenaje, fosos o barreras, el castillo de Sádaba muestra una tipología diferente. Se ha convertido en una especie de ciudadela fortificada, protegida por torres y muros en su perímetro. Esta evolución arquitectónica es característica de las fortalezas construidas en ciertas partes de Europa durante esa época.

En la actualidad, el castillo de Sádaba está bajo la administración del gobierno de Aragón, que se encarga de su restauración y conservación. Se están realizando esfuerzos para preservar este importante patrimonio histórico y garantizar su acceso y disfrute por parte del público.

La ubicación privilegiada del castillo en lo alto de la colina proporciona una vista panorámica impresionante de la localidad y sus alrededores. Además de su valor histórico y arquitectónico, el castillo se ha convertido en un atractivo turístico popular en la región de Cinco Villas, que atrae a visitantes interesados en explorar su fascinante pasado.

El castillo de Berlanga de Duero, situado en la cima de una colina rodeada por impresionantes murallas en la villa de Berlanga de Duero, provincia de Soria, es un magnífico testamento de la historia y la arquitectura militar.

La construcción del castillo tuvo lugar entre los siglos XV y XVI, cuando desempeñó el papel de una fortaleza señorial y más tarde se transformó en una fortaleza artillera. Sin embargo, sus orígenes se remontan a los siglos X y XI, cuando existía una fortaleza musulmana en el lugar. Tras la conquista castellana en el siglo XII, se amplió con un cinturón exterior amurallado que aún se conserva en la actualidad.

El conjunto monumental del castillo de Berlanga de Duero comprende los restos de la fortaleza tardomedieval del siglo XV, la fortaleza artillera de estilo renacentista del siglo XVI, las murallas que rodean la colina en su base del siglo XII y el Palacio de los Duques de Frías del siglo XVI.

El castillo señorial del siglo XV presenta una planta rectangular, destacando el cubo de planta circular en el ángulo sur y la torre del homenaje en el lado opuesto. En su interior, dos patios estructuran el espacio: uno más sencillo, ubicado en la entrada y utilizado como patio de armas, y otro diseñado como un patio palaciego porticado, con columnas góticas, que alberga un aljibe en su centro con una conducción que lleva al depósito de agua.

En el siglo XVI se construyó la fortaleza artillera. Esta presenta una planta rectangular con robustos cubos en cada ángulo, orientados hacia los puntos cardinales. Los dos cubos delanteros están orientados a la instalación de la artillería de la fortaleza. Los muros, construidos con piedra de sillería de alta calidad, tienen cinco metros de espesor y están rematados con un parapeto inclinado para desviar los impactos de la artillería.

En los años 2004 y 2005, la Junta de Castilla y León llevó a cabo una serie de planes y acciones destinados a la conservación, protección y revitalización de este valioso patrimonio. Estas medidas han contribuido a preservar la historia y la belleza del castillo de Berlanga de Duero, permitiendo que generaciones futuras disfruten de este legado cultural.

El Castillo de Peñarroya se erige majestuosamente junto a la presa del embalse de Peñarroya, a tan solo 12 kilómetros al sur de Argamasilla de Alba, en la provincia de Ciudad Real.

Ubicado estratégicamente sobre una prominente peña, el castillo ofrece una vista panorámica del tramo del río Guadiana y sus alrededores.

Esta fortaleza es uno de los remanentes que aún perduran en el territorio que los caballeros hospitalarios (llamados Campo de San Juan.) poseían en La Mancha.

En el año 1198, fue conquistado a los musulmanes por las órdenes de Santiago y San Juan de forma conjunta, y posteriormente, en 1215, quedó definitivamente bajo el control de la Orden de San Juan.

El castillo fue construido con el propósito de garantizar el aprovechamiento económico del territorio, gestionar el arrendamiento de pastos, recaudar impuestos y proteger a los habitantes pacíficos. Además, también cumplía la función de ser un almacén seguro para los bienes de la Orden.

En la actualidad, el castillo conserva varios elementos de gran interés. En su exterior, se pueden apreciar el camino de acceso medieval, un humilladero y un foso defensivo. Recientemente, se han descubierto una necrópolis de origen islámico y un campo de silos de fecha indeterminada en los alrededores. En su interior, se encuentran una antemuralla, una liza, la muralla medieval principal, la imponente torre del homenaje, una ermita del siglo XVII (caracterizada por su estilo barroco decadente y que alberga pinturas a ambos lados del altar mayor), un patio de armas, una ermita del siglo XII y un aljibe medieval.

La provincia de Álava alberga una de las fortificaciones mejor conservadas y más impresionantes de la región: la Torre Palacio de los Varona. Con una decoración interior intacta y una historia fascinante, este monumento ha sido reconocido como Monumento Nacional en 1949 y Conjunto Histórico Artístico Monumental en 1982.

Ubicada en la pequeña población de Villanañe, en la comarca de Añana, la Torre de los Varona se ha convertido en un símbolo del patrimonio histórico de la zona. Su complejo arquitectónico muestra tres periodos distintos: la torre original de madera, construida por el almirante visigodo Ruy Pérez alrededor del año 680, que lamentablemente fue destruida por un incendio; la torre actual, de estilo Castellano Señorial, que data del siglo XIV; y el palacio gótico renacentista, añadido un siglo más tarde.

La ubicación de la torre es estratégica, ya que se encuentra en un terreno ligeramente elevado que le permite dominar las tierras circundantes. Sus muros, que se mantienen en excelente estado, cuentan con una gran cantidad de elementos defensivos que reflejan su importancia histórica.

El palacio está adosado a la torre en dos de sus lados, y en el centro se sitúa un hermoso patio. Un muro almenado y un foso con agua rodean el conjunto por tres de sus lados, añadiendo un aire de grandeza y protección a la estructura. Este conjunto arquitectónico ha sido restaurado por la Diputación Foral de Álava, asegurando su preservación.

El castillo de La Calahorra se encuentra en el municipio granadino de La Calahorra. Situado en la cima de un cerro, el castillo de La Calahorra ocupa un lugar privilegiado desde donde se puede controlar visualmente las tierras de la comarca de Guadix y sus comunicaciones, formando parte de un paisaje singular en las estribaciones de Sierra Nevada.

Este castillo fue una de las primeras edificaciones en introducir el estilo renacentista en la arquitectura civil española. A simple vista, se presenta como una sólida estructura militar, pero su interior revela una decoración sofisticada y distinguida. Fue construido en un corto período de tiempo, completando su decoración entre 1509 y 1512. Para su construcción se utilizó parte de la cantería de la fortaleza árabe que previamente ocupaba el cerro, y se importaron materiales, técnicas y artistas de Italia para su ornamentación.

El castillo de La Calahorra es considerado la primera obra de gran envergadura donde se documenta el trabajo de artistas italianos en España. Su importancia histórica y arquitectónica lo convierte en un lugar de interés turístico.

Recientemente, tanto el exterior como el interior del castillo han sido utilizados como escenario para el rodaje de algunos capítulos de la serie «La Casa del Dragón», una precuela de la famosa producción «Juego de Tronos». Esta conexión con el mundo del cine añade un atractivo adicional para los visitantes interesados en la historia y la cultura popular.

Las excavaciones arqueológicas realizadas en el lugar confirman la existencia de una fortaleza de época andalusí anterior a la construcción del castillo renacentista. La actual estructura fue erigida a principios del siglo XVI por el hijo ilegítimo del cardenal Mendoza.

Ubicado en la comunidad foral de Navarra, a 52 km al este de Pamplona y a 6 km de Sangüesa, el castillo de Javier, situado en la localidad del mismo nombre, tiene una historia que se remonta al siglo X. Fue en este castillo donde nació y vivió San Francisco Javier, y de aquí tomó el nombre con el que se le conocería como misionero. 

El castillo de Javier consta de tres cuerpos escalonados en orden de antigüedad. Entre sus destacados elementos arquitectónicos se encuentra la Torre del Santo Cristo, un bastión y capilla que alberga un interesante crucifijo tardogótico y una serie de pinturas murales únicas en España que representan la danza de la muerte. También se encuentra la torre del homenaje, conocida como la Torre de San Miguel, que es la parte más antigua del castillo, así como un museo dedicado a la vida del santo.

A lo largo de los siglos, el castillo fue ampliado y fortificado. En el siglo XI se construyó el primer recinto envolvente que albergaba las primeras habitaciones, y en el siglo XIII se agregaron dos cuerpos poligonales y dos torres.

A finales del siglo XIX, el castillo se encontraba en ruinas. Sin embargo, gracias a la iniciativa de los propietarios, se iniciaron las obras de restauración que permitieron devolverle su esplendor.

El castillo es un lugar de peregrinación, especialmente a principios de marzo durante las llamadas Javieradas. Desde 1994, el castillo ha sido declarado Bien de Interés Cultural.

El Castillo Palacio de Peñíscola, conocido también como el Castillo del Papa Luna, se alza majestuoso en la zona más elevada del peñón que domina esta localidad castellonense, alcanzando una altitud de 64 metros sobre el nivel del mar.

Construido entre 1294 y 1307 por los Templarios sobre los restos de una antigua alcazaba árabe, el castillo es una obra maestra del románico.

Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor, conocido como el Papa Luna, fue nombrado Papa por la obediencia de Aviñón bajo el nombre de Benedicto XIII. Durante el prolongado litigio sobre su legitimidad, convirtió el castillo en su sede pontificia.

De estilo gótico y notable austeridad, el castillo presenta una impresionante solidez tanto en las estancias templarias como en las intrincadas dependencias pontificias. El acceso al interior del recinto amurallado se realiza a través de tres puertas: la de Sant Pere, el Portal Fosc y la de Santa María.

En la entrada se encuentran el zaguán, las caballerizas, el cuerpo de guardia, las mazmorras y el aljibe. En la siguiente altura, el patio de armas da acceso a las dependencias pontificias.

Con un perímetro de unos 230 metros y una altura media de 20 metros, el castillo destaca por la sobriedad y solidez de su construcción. Alrededor del castillo de Peñíscola, se pueden disfrutar los jardines de artillería.

Este majestuoso castillo fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931.

El castillo de San Sebastián, una fortaleza situada en la ciudad española de Cádiz, se alza majestuosamente en uno de los extremos de la playa de La Caleta, sobre un pequeño islote. Su singular ubicación y su historia fascinante lo convierten en un lugar de interés y admiración.

En el interior del castillo se encuentra el faro actual, una estructura de hierro de 41 metros diseñada por Rafael de la Cerda en 1908. Este faro es único en su estructura en España. Además, en el castillo se encuentra el Laboratorio de Investigación Marina de la Universidad de Cádiz, que contribuye al estudio y la preservación de los recursos marinos.

Según la tradición clásica, en este islote se encontraba el Templo de Moloch/Kronos, lo que añade un aura de misterio y antigüedad al lugar.

A lo largo de los siglos, este islote ha experimentado diversas transformaciones. En 1457, los tripulantes de un barco veneciano que se recuperaban de la peste levantaron una ermita en el islote. Luego, en 1706, se iniciaron las obras de construcción de un castillo que se convirtió en un recinto fortificado de planta irregular, destinado a proteger el flanco norte de la ciudad.

En 1860, se construyó un malecón que conecta la isla con el casco urbano de la ciudad, facilitando el acceso al castillo. Además, el 25 de junio de 1985, fue declarado Bien de Interés Cultural, reconociendo su valor histórico y arquitectónico.

La impresionante silueta del castillo de San Sebastián sobre el mar ha capturado la atención de la industria cinematográfica. Ha sido escenario de varias películas rodadas en Cádiz, incluyendo la producción más cara del cine español, «Alatriste», filmada en 2005. Además, Hollywood lo utilizó como telón de fondo para escenas de acción de la película de James Bond «Die Another Day», protagonizada por Pierce Brosnan y Halle Berry.

El Castillo de Coca, ubicado en las afueras de la villa segoviana de Coca, se alza majestuosamente sobre el meandro del río Voltoya, un afluente del Eresma.

Construido en el siglo XV sobre una explanada en una zona escarpada, este castillo es uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótico-mudéjar en España.

La construcción del Castillo de Coca, atribuida a los alarifes mudéjares, se realizó principalmente con ladrillos que no solo se utilizaron como material de construcción, sino también como elemento decorativo. La piedra caliza se encuentra presente en las aspilleras, las columnas del patio de armas y otros elementos decorativos, añadiendo una combinación de materiales que realza su belleza.

El recinto inferior del castillo tiene forma cuadrada y está flanqueado en sus esquinas por cuatro torres, siendo la torre del homenaje la de mayor tamaño. La Sala de Armas cuenta con una bóveda de nervaduras góticas decoradas con mosaicos de motivos geométricos en varios colores, creando un ambiente impresionante.

La torre de Pedro Mata, ubicada junto a la torre del homenaje, protege la puerta de acceso al patio de armas y destaca por su tamaño. Las otras dos torres, la torre de la Muralla y la torre de los Peces, completan el conjunto del castillo.

El Castillo de Coca es propiedad de la Casa de Alba y fue cedido al Ministerio de Agricultura de España en 1954, garantizando así su conservación y acceso público.

En 1926, fue declarado Monumento Nacional, y en 1931, recibió la distinción de Monumento Histórico Nacional, reconociendo su valor histórico y cultural.

El castillo de Gormaz se erige imponente sobre la estrecha y alargada meseta de un cerro sobre la localidad de Gormaz, provincia de Soria. Situado en las proximidades de la margen derecha del río Duero, que durante mucho tiempo fue la frontera natural entre cristianos y musulmanes, su presencia es visible desde varios kilómetros de distancia.

Considerado por algunos historiadores como la fortaleza más grande de Europa en su época, este imponente castillo posee una ubicación estratégica excepcional. La existencia de un puente sobre el río Duero en sus cercanías, su gran dimensión y su posición elevada controlando un extenso territorio, lo convertían en una formidable base de operaciones.

El sólido aspecto de su construcción, su envergadura y diversos detalles arquitectónicos y formales indican que gran parte de sus estructuras fueron realizadas por manos musulmanas, en particular por el Califato Omeya de Córdoba. Sin embargo, tras la conquista definitiva por parte de Fernando I de León en 1060, el castillo fue sometido a importantes obras de reparación y reconstrucción durante el siglo XIV.

El castillo presenta una forma irregular y alargada, adaptada a la plataforma del cerro sobre el que se asienta. Se extiende en dirección este-oeste, con más de 446 metros de longitud en su lado largo, mientras que su dimensión máxima de norte a sur no varía entre 63 metros en el punto más ancho y los 17 metros en el lugar más estrecho. Las murallas del castillo están reforzadas con 28 torres.

En parte del castillo se pueden encontrar evidencias de una fortaleza anterior de dimensiones y trazado similares, aunque apenas quedan restos de esta primera construcción.

El castillo se compone de dos partes diferenciadas separadas por un foso. En el lado este se encuentra el alcázar, la torre del homenaje, conocida como la «torre de Almanzor», el aljibe y los aposentos califales. En el lado oeste se ubica una alberca destinada a dar de beber a los animales, así como una amplia explanada utilizada para acampar por las tropas.

La Puerta Califal, situada al sur, fue la entrada principal del castillo y destaca por su arco exterior en forma de herradura, que presenta el trazado típico de los arcos califales, constituyendo un símbolo inequívoco de su vinculación cultural.

El castillo de Miraflores, también conocido como castillo de Alconchel, se encuentra en la cima del cerro de Miraflores, en una zona fronteriza con Portugal. Está situado en el término municipal de Alconchel, al suroeste de la provincia de Badajoz, aunos 45 km de la capital provincial,  a mitad de camino entre Olivenza y Jerez de los Caballeros.

Sus orígenes se remontan al siglo XII. En ese emplazamiento, en la época musulmana, existió una fortaleza que lamentablemente no ha dejado ningún vestigio. Los restos de la construcción que se conservan hoy en día son totalmente cristianos. La reconquista de esta fortaleza se llevó a cabo en el año 1166 gracias a Alfonso I de Portugal.

A lo largo del siglo XIV y en la segunda mitad del siglo XVI se realizaron las principales reformas en el castillo, dotándolo de recintos defensivos y otros elementos fortificados para poder utilizar artillería y armas pesadas.

Los distintos recintos del castillo se adaptan a las irregularidades del terreno, ya que se encuentra en la cima de una loma alargada, lo que da lugar a una planta alargada que sigue las curvas del terreno. En la parte más elevada del promontorio se encuentra el cuerpo principal del castillo, cuyo acceso se realiza a través de una portada gótica con torres cilíndricas en las esquinas.

En la parte más alta del recinto se encuentra otro recinto que alberga la torre del homenaje y las dependencias residenciales. La torre del homenaje, ubicada en el centro del patio de este último recinto, tiene planta cuadrada y tres pisos de altura, destacándose notablemente del resto de la fortaleza debido a sus dimensiones.

El castillo de Guadamur es una preciosa fortificación ubicada en el municipio de Guadamur, en la provincia de Toledo, en la región de Castilla-La Mancha, España.

Situado al este de la villa, en el cerro de la Ermita, el castillo de Guadamur se encuentra en un pequeño promontorio que era atravesado por un arroyo que cruzaba el pueblo.

La construcción del castillo de Guadamur se llevó a cabo en varias fases, la primera de ellas alrededor de 1470 y la segunda hacia 1520. A lo largo de su historia, el castillo tuvo un carácter militar prominente hasta el siglo XVIII, cuando los condes se trasladaron a su palacio en Toledo, que actualmente alberga las Cortes de Castilla-La Mancha.

Además de su función defensiva, el castillo de Guadamur también servía como lugar de descanso y caza para la familia. Fue concebido como un refugio seguro cerca de Toledo en caso de que los acontecimientos políticos así lo requirieran.

El 18 de junio de 1964, el castillo de Guadamur fue declarado monumento histórico-artístico, y en la actualidad cuenta con el estatus de Bien de Interés Cultural, lo que resalta su importancia y valor patrimonial.

El castillo de los Velasco, construido a finales del siglo XV por Pedro Suárez de Figueroa, es un impresionante recinto amurallado ubicado en Cuzcurrita del Río Tirón (Rioja Alta). Esta fortaleza cuenta con una imponente torre del homenaje que se distingue por la ausencia de ventanas en sus muros.

La torre del homenaje, construida en sillería, tiene una planta prácticamente cuadrada y se eleva a lo largo de cuatro pisos de altura. A lo largo del tiempo, el castillo ha sufrido diversas remodelaciones para adaptarlo a la función de residencia de sus nuevos propietarios, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XX.

El estado de conservación en el que se encuentra actualmente el castillo se debe a la restauración realizada por los Condes de Alecha, quienes adquirieron la propiedad en 1945. Posteriormente, en 2001, el castillo cambió de propietarios y se realizaron remodelaciones en su interior para convertirlo en la residencia representativa de la Bodega Castillo de Cuzcurrita.

El castillo de los Velasco es Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, lo que subraya su importancia histórica y arquitectónica.

En la actualidad, el castillo forma parte de la Bodega Castillo de Cuzcurrita y alberga una destacada colección de arte contemporáneo internacional. Además, el jardín del castillo acoge diversas especies botánicas.

• Los castillos más espectaculares de La Rioja.

El Castillo de Valdecorneja, también conocido como Castillo de El Barco de Ávila, se encuentra ubicado en un cerro estratégico que controla el paso del río Tormes a su paso por la villa de El Barco de Ávila, provincia de Ávila.

Esta fortificación, con una superficie aproximada de 1.700 m², tiene sus orígenes en el siglo XII. A lo largo de su historia, ha sufrido los estragos de diversas guerras y, en el siglo XIX, fue utilizado como cementerio municipal. A pesar de ello, el castillo se conserva en buen estado en su perímetro, aunque su interior se encuentra diáfano.

El castillo presenta una planta cuadrada con cuatro grandes torres de planta circular en sus esquinas. Destaca la Torre del Homenaje, de forma cuadrada, ubicada en el centro del muro occidental, desde donde se accede a almenas y torreones, dominando la puerta de entrada situada junto a ella.

En su interior, el eje central del castillo era una plaza de armas que, con el paso del tiempo y el cambio de uso militar a residencial por parte de los señores de Valdecorneja, evolucionó hasta convertirse en un patio de honor.

En la actualidad, después de una restauración llevada a cabo en 1986, el castillo de Valdecorneja se utiliza como escenario para diferentes espectáculos, aprovechando su encanto histórico y su singular arquitectura. Es un lugar que transporta a los visitantes a épocas pasadas y les permite disfrutar de eventos culturales en un entorno único.

El Castillo de Pedraza, situado en la localidad del mismo nombre, es una fortaleza construida en el siglo XIII sobre los cimientos de antiguas fortificaciones romanas y árabes.

Ubicado estratégicamente en una zona defensiva clave, en el borde de un cerro, el castillo está rodeado por un precipicio y un foso.

En el siglo XV, la familia Herrera lo reconstruyó, y en el siglo XVI pasó a manos de los Fernández de Velasco, duques de Frías y Condestables de Castilla, quienes le dieron al castillo su aspecto y estructura actuales.

 En el exterior del castillo, destacan la imponente torre del homenaje, protegida por una muralla con torreones circulares y el muro con cañoneras. En el interior del castillo, se pueden admirar arquerías románicas de medio punto que conectan los patios y el escudo de los Herrera, situado en la escalera que lleva al aljibe.

En 1926, el reconocido pintor Ignacio Zuloaga adquirió el castillo en estado ruinoso y rehabilitó una de sus torres para convertirla en su taller. Posteriormente, sus herederos restauraron otra torre y crearon el Museo Ignacio Zuloaga, donde se exhiben obras del artista. Este museo es una parada obligada para los amantes del arte, ya que permite contemplar la obra de Zuloaga en un entorno histórico único.

El palacio de la Aljafería, espectacular fortaleza situada en Zaragoza, fue construido en la segunda mitad del siglo XI por orden de al-Muqtadir, como residencia de los reyes hudíes de Saraqusta. Este magnífico palacio fortificado se considera una de las joyas del arte hispanomusulmán, junto con la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba. Es el palacio islámico más septentrional de Europa y destaca como el más lujoso y mejor conservado de la época de Taifas.

Conocido como el «Palacio de la Alegría», fue construido como lugar de recreo para los reyes de Taifas fuera de la ciudad musulmana de Zaragoza. En sus inicios, el edificio se encontraba fuera de las murallas romanas, pero con la expansión urbana a lo largo de los años, el palacio quedó incorporado dentro de la ciudad, aunque ha logrado conservar un pequeño entorno ajardinado a su alrededor.

Tras la conquista de Zaragoza en 1118 por Alfonso I el Batallador, el palacio pasó a ser la residencia de los reyes cristianos de Aragón, convirtiéndose en el principal foco de difusión del estilo mudéjar aragonés.

En 1593, experimentó una transformación que lo convirtió en una fortaleza militar, primero siguiendo diseños renacentistas, visibles en su entorno, foso y jardines, y más tarde como cuartel para regimientos militares.

A lo largo de su historia, el palacio sufrió numerosas reformas y grandes daños, especialmente durante los Sitios de Zaragoza durante la Guerra de la Independencia. Finalmente, en la segunda mitad del siglo XX, fue restaurado y actualmente alberga las Cortes de Aragón.

El diseño general del palacio sigue el arquetipo de los castillos omeyas del desierto de Siria y Jordania de la primera mitad del siglo VIII, con una planta cuadrada y torreones semicirculares en las esquinas, y un espacio central destinado a un patio con albercas, salones palaciegos y dependencias para la vida diaria.

La parte más antigua de la Aljafería es la llamada «torre del Trovador«, que recibió su nombre en referencia al drama romántico de Antonio García Gutiérrez.

Los «restos mudéjares del palacio de la Aljafería» fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, como parte del conjunto de la «Arquitectura mudéjar de Aragón».